Tercer etapa
Hace un año, en junio de 2015, el Papa Francisco lanzaba un grito, casi desesperado, a todas las personas cristianas pero también al conjunto la humanidad. El obispo de Roma, a través de la encíclica Laudato SI: sobre el cuidado de la casa común, nos invitaba, con urgencia y gravedad, a fijarnos y prestar atención a la casa común en la que vivimos. Lo hacía no solo desde el punto de vista climático, sino buscando causas de dicho deterioro medioambiental desde el punto de vista económico con una fuerte crítica al sistema capitalista del siglo XXI, que se aprovecha de personas y de materias primas sin caer en las consecuencias de su uso indiscriminado o, en palabras de Francisco, del descarte de lo no aprovechable, de nuevo en ambos recursos.
El Pontífice propone cinco formas concretas para el cambio de vida. El afirma contundentemente que “ante todo la humanidad necesita cambiar.
Con ocasión de la nueva Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebrará el 1 de septiembre, compartimos algunos consejos que el Papa Francisco nos regala en su última encíclica Laudato SI.
En su última encíclica, el Papa nos recuerda que “merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo” y, continúa diciendo, “los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos”.
- Calefacción: nos aconsejó abrigarse más y evitar prenderla.
- Evitar el uso de material plástico y de papel.
- Reducir el consumo de agua.
- Separar los residuos.
- Cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer.
- Tratar con cuidado a los demás seres vivos.
- Utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas.
- Plantar árboles.
- Apagar las luces innecesarias.
- Dar gracias a Dios antes y después de las comidas.